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Los Últimos de Guinea 5
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El puerto de Santa Isabel huele siempre a cacao. El puerto de Santa Isabel de otros tiempo (tal como parece en la fotografía de arriba) rebosaba siempre de guineanos, fang, combes o bujebas que venían la isla en busca de trabajo o regresaban al continente, y de biafreños, calabares que apenas hablaban unas palabras de castellano.
Del puerto de Santa Isabel sale una empinada cuesta que hace años se llamaba Cuesta de las Fiebres y que afortunadamente perdió su nombre cuando no hubo razón qye lo justificara (aquí el periodista se columpia, esta cuesta se refiere al puerto viejo no al que sale en la foto).
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