CRÓNICAS DE LA GUINEA ECUATORIAL

Con el brazo escayolado Mª Angeles Pacheco (Pituca) y a la derecha Mireya

No sabeis, Laly y Pituca, lo que fue para mi volver a veros después de tantísimos años de alejamiento. Sentir de nuevo vuestra cercanía fue como regresar al patio de Alena y a la Avenida de los Mangos, a la acogedora terraza de "Montserrat", a aquella Bata de entonces, al afecto y cariño de aquellos años mozos que Pituca tan entrañablemente recogió en su libro. Emilia y yo hacemos firme propósito de no perder de nuevo el contacto. Besos para las dos.
Y en cuanto a ti, Isabel, es hora de que conozcas a Laly Buldú, primera por la izquierda, y cuya presencia en el encuentro propiciasteis Pituca y tú. No os presenté allí porque creí que os conocíais. ¡Y es que el mejor escribano echa un borrón!